martes, 4 de febrero de 2014

Pudieran ser de colección, mas la barahúnda de hechos que en nuestro Macondo los ciudadanos no alcanzan a asimilar,  presentan la apariencia de una competencia entre locolombianadas  que no aseguran de antemano  una jerarquía o clasificación  estable.

*La basura (visual) que tiene inundada a ciudades y pueblos del territorio nacional con ocasión de los eventos eleccionarios a cumplirse en el presente año en su forma de vallas publicitarias, afiches y carteles con lemas, anuncios y fotografías en postes,  muros y paredes,  que al parecer  prueba la existencia de democracia en nuestra sociedad,  sólo le falta que al pie de las fotos de muchos de los aspirantes, aparezca en mayúsculas la expresión: SE BUSCA. Seguido de: Recompensa $...!!!, que resume el mayor aporte en ”investigación criminalística” por parte de la justicia especializada. Un Legado de nuestro más grande estadista de perfil profundamente humanista, AUV.
A falta de sustancialidad,  lo que ocupa el lugar de ésta,  es el ruido,  la agresividad de la insulsez, de lo hueco. Saturación de lo inane con su connatural anti-estética de apariencia barroca.

**La novelada “Absolución de iguales Vs condenas de lo diferente” con sobre-actuación en dos capítulos (…) del sinuoso personaje cuyo nombre no artístico  es Alejandro Ordoñez,  quien a través de sus artistadas hace  pose magistral de víctima,  cuando en su vida ordinaria es un victimario de cuerpo entero, armado de “espada y Cruz”, credo en versión católica con blindaje de la Biblia,  extraviado en éxtasis místico y gozo discrecional por sus hiperfunciones (que tuvieron en su origen como referente de justificación el combate contra la corrupción), ha creído estar viviendo los tiempos de principios del siglo XVI y,  paralelamente, en contravía de la legalidad de la que es Procurador, es uno de los apretadores de la tenaza, de la que los responsables de parapolítica y mafia de la corrupción, es el otro mecanismo que muerde y no suelta, con el distintivo de marca de fábrica:  derecha.

*** Un curioso contraste está en el fondo de varios  hechos relevantes de nuestra Locolombia de ayer con sobrevivencia hoy.  Por uno de los costados,  aparecemos como el país más feliz del mundo, por otro, ocupamos,  como que para “poca vergüenza”, el puesto penúltimo en evaluaciones externas de los escolares colombinos (Prueba Pisa). Y al tiempo en esta locolombia querida, vivimos una super-inflación de iglesia de todos los nombres imaginables y matizaciones microscópicas de un cosmos ideológico sin principios ni fronteras. Una nota esencial atraviesa este abigarrado mundo de dios: El peso del dinero, que dice la manera cómo en últimas, todas ellas se “ganan la vida”.  Reino de los fanatismos, la esperanza extra-mundana y el miedo.
El atraso en cobertura y calidad del sistema educativo en este país,  que sigue siendo del corazón de Jesús,  es a no dudarlo la raíz que explica que no hayamos alcanzado una cultura cívica allende a la alfabetización escolar ligada a un empalme civilizatorio con respecto a lo más avanzado del pensamiento humano a través del discurrir de la historia de los pueblos. Y mientras los sectores progresistas del espectro político no se apropien de esta bandera y la inscriban en la agenda nacional de realizaciones posibles en el contexto de una sociedad inclusiva con justicia social,  seguiremos penando en medio de las carencias y desigualdades en este orbe global en el que se ha pasado, en proceso degradante, de la “economía de mercado”  a una “sociedad de mercado”,  según el filósofo de nuestros días Michael Sandel,  lo cual es tanto peor para nosotros.


Ramiro del Cristo Medina Pérez



Santiago de Tolú, febrero 2 - 2014